miércoles, 2 de diciembre de 2009

DESDE MI MIRADOR DE LA ALBERQUILLA




En un lugar de los Acantilados de Maro-Cerrogordo,
enclavado en la Marina,
junto a los montes del Río de La Miel,
ahí se halla mi Mirador De La Alberquilla.
Mar y cielo azul
que se confunde y unen como amantes en el horizonte.
Torre que un día fuiste vigía de navegantes
y que guardas sueños de poetas,
sangre de hombres con ansias de libertad.
Esta tierra mía huele a romero y tomillo en flor,
al dulzón de la higuera,
de la parra y la chumbera.
Tiene las huellas de cabreros sudorosos,
el perfil de las madres cansadas de faenar con los niños en brazos.
Sus caminos crujen como borrachuelo recién frito.
El aguilucho y el mochuelo,
el gorrión y el jilguero,
la gaviota y el mirlo,
cantan, vuelan, picotean,
y me miran curiosos
escribir historias y versos
que no se hacia donde llegaran
ni quienes los leerán...